Opinión | “Por suerte la opinión publica todavia no se ha dado cuenta de que opina lo que quiere la opinión privada” - Notas de Opinión

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sábado, 16 de octubre de 2021

Opinión | “Por suerte la opinión publica todavia no se ha dado cuenta de que opina lo que quiere la opinión privada”


Por Diego Quintana*.- La frase del titulo no me pertenece. Es la que está dentro del globo de una caricatura que muestra una persona sentada en un mullido sillón, con un vaso en la mano, saboreando una bebida. El dibujo corresponde a un tipo o muy rico o muy poderoso o ambas cosas a la vez, que con lo que dice expresa alivio, tranquilidad y cinismo.

La claridad de la síntesis

Es difícil hallar un concepto tan elocuente, claro y evidente del fenómeno que martiriza a buena parte de la sociedad argentina, sin que muchos de sus integrantes se den cuenta.No es casual que pertenezca a una caricatura, cuyos autores suelen ser magos de la síntesis. Transcribo la frase de nuevo.

“Por suerte la opinión publica todavia no se ha dado cuenta de que opina lo que quiere la opinión privada”

Una idea redonda

Es tan redonda la idea, que hay temor de obscurecerla, pero solo es para intentar sacarle mas jugo.La opinión pública -aunque definir esa idea sigue costando mares de tinta- sería el resumen o la síntesis del pensamiento colectivo sobre asuntos públicos, que generalmente expresan grandes medios de comunicación masiva. O sea, la opinión pública es una suerte de síntesis de lo que dicen los medios de comunicación mas importantes, porque la opinión publica -dicho esto en el sentido tradicional-es un poco la opinión de todos.

Los grandes medios

Ahora bien:¿de quién son los grandes medios de comunicación?.Como sabemos, la mayoria son privados y de muy grandes empresas, asi que lo que nos dice la frase, es que esos medios de comunicación privados expresan a la opinión pública, por lo que la opinión pública, entonces, opina lo que quiere la opinión privada. El personaje de la caricatura, agrega, aliviado, que es una suerte que la opinión pública, o sea todos o una gran mayoría, no se haya dado cuenta.

La impotencia

Porque de lo que se alegra el personaje de la caricatura, con mucho cinismo, es que una importantísima masa de ciudadados no advierten la jugarreta y, convencidos de que es un pensamiento propio, repiten lo que todos los días esos medios dicen, que con toda claridad está dicho para su exclusiva conveniencia.Por eso la afirmación de la frase: opinan lo que quiere la opinión privada. Y por eso la impotencia de quienes se dan cuenta y no saben cómo hacer para explicarle al que todavia no se dio cuenta, que lo convencen de lo contrario de lo que le conviene.

Un fenómeno en gran escala

Es un fenómeno extraordinario, que jamás se había dado en una escala tan gigantesca, fruto de la enorme concentración de medios en pocas manos y del impresionante desarrollo de disciplinas de la comunicación social, la sociología,la psicología, la psicología social y anticipado en la literatura de ficción, como en 1984 de Orwell o Un mundo felíz, de Huxley, entre otros.

 

Modelar las mentes

Con el uso intensivo de técnicas cuyo fin es modelar las mentes de las personas, suprimiendo la mirada y el pensamiento crítico ya muy acotado por la pérdida del hábito de la lectura y por la feróz influencia de la TV, se obtienen resultados en algunos casos transitorios (como ganar una elección), semipermanentes (como convencer de que el Estado es mal administrador) o permanentes (como modificar pautas culturales).

Un efecto dispar

Sin embargo, el efecto no es para todos igual; o sea, no todos los destinarios de esos mensajes creen en su contenido, con lo que el resultado es dispar, aunque es suficiente que sea exitoso en un sector de la población, como ha ocurrido en nuestro país. Es suficiente que sea asi, para, por ejemplo lograr un triunfo electoral. Pero para tener también una opinión pública fracturada, en constante ebullición de contenidos contrarios. Si el lector tiene en mente una palabreja que se usó hasta el hartazgo desde hace tres años a esta parte, acierta.

El final

Es difícil anticipar el final de estos fenómenos cuyo vértice es el engaño.Pero sí se puede decir que en algunos puntos, algunas cosas se modifican, cambian y despiertan mentes, lo que ocurre cuando uno de los principales aspectos de la realidad, el tema de los ingresos, se llevan por delante el bolsillo de las personas.

Eso está pasando con los aumentos salvajes de tarifas, con el desmedido aumento de otros precios (que quizás sea injusto llamarle inflación), que atraviesa negativamente el modo de vida de los argentinos y resultan de una injusticia pocas veces vista. Muchas personas están despertando de la dormidera de la publicidad manipulada.

Quizas nada mejor para definir esto que decimos para concluir, que aquel pensamiento de Lincol, tan vigente hoy: se puede engañar a todo el mundo algún tiempo,se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.

*Necochea Digital


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