La historia oscura de Edesur y Edenor, una concesión por 95 años. Fueron privatizadas en 1992 y están a cargo del servicio hasta 2087, aunque hay reclamos para avanzar en la estatización. Quiénes están detrás de las empresas.
El 15 de febrero de 1999 a las
cuatro de la mañana, una falla masiva en una línea de alta tensión de la
Subestación San Telmo de Edesur desató un apagón total en una docena de barrios
porteños: más de 600 mil usuarios debieron acostumbrarse a vivir sin energía
por 11 días, en medio del agobiante verano.
Más de veinte años después, los cortes
de luz persisten y las empresas distribuidoras de la energía eléctrica están en
la mira. Este martes, un incendio afectó a una línea de alta tensión de Edenor
y más de 700 mil usuarios se quedaron sin servicio por largas horas, en un día
con temperaturas que rozaron los 40 grados.
La oscura historia de Edesur y
Edenor, los eternos reclamos por fallas y un interrogante clave: ¿por qué no
estatizar el servicio energético?
La historia comienza hace treinta
años, en pleno gobierno de Carlos Menem, con el show de privatizaciones de
empresas estatales. Un fallido del entonces ministro de Obras y Servicios
Públicos, Roberto Dromi, lo grafica a la perfección: “Nada de lo que deba ser
estatal, permanecerá en manos del Estado”. Edesur y Edenor, por supuesto, no
fueron la excepción.
De Segba a Edesur y Edenor
Un año antes de que se concrete
la privatización de la estatal Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires
(Segba), el Congreso aprobó la ley 24.065, que estableció el Marco Regulatorio
Eléctrico: el sistema energético se desintegraría en tres segmentos, uno de
generación, uno de transmisión y otro de distribución.
De este modo, las privatizaciones
–que se concretaron en julio de 1992– crearon siete unidades de negocio. Cuatro
empresas encargadas de la generación eléctrica y tres distribuidoras (Edesur,
Edenor y Edelap). “La idea original era que las empresas no estuvieran
enlazadas, pero a través de los años los tres grupos tuvieron vínculos, tienen
injerencia en la distribución y el transporte, y también con la generación
eléctrica en distintos puntos del país”, advierte Osvaldo Bassano, director de
Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores (Adduc), en diálogo con la AM
750 y Página/12.
Los problemas que desataron las
privatizaciones comenzaron al poco tiempo. Las empresas debían realizar obras
fundamentales para prestar un servicio decente, aunque lejos estuvieron de
hacerlo. El área que pertenecía a Edenor tenía conexiones más modernas,
mientras que en el caso de Edesur, ya contaba con más parches y problemas.
“Hay conexiones de 1940, 1950.
Con Edesur y Edenor un poco se modernizaron, pero con parches”, agrega Bassano,
partidario de avanzar en una rápida estatización de Edesur, que al igual que
Edenor tiene la concesión del servicio hasta 2087.
El corte de once días de 1999 es
sólo uno de los tantos que se produjeron a lo largo de los años. Por ese masivo
apagón, sin embargo, tanto Edesur como el Ente Nacional Regulador de la
Electricidad (ENRE) debieron responder ante la Justicia. En el 2000 hubo un
primer fallo de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial que ordenó resarcir a
los usuarios. En 2006, siete años más tarde, hubo otro fallo: Edesur debía
pagarle siete mil pesos a una familia por dejarla sin servicio por más de 204
horas.
El apagón de 2019
Durante años los cortes se
repitieron insistentemente cada verano y en cada ocasión en que el termómetro
subía de temperatura. En los últimos años, la oposición repitió el cuento de
que por los subsidios a la electricidad era imposible prestar un servicio
digno; mientras que las empresas reclamaban de forma insistente fuertes subas.
En el gobierno de Mauricio Macri eso sucedió: los tarifazos fueron del 4000 por
ciento y el servicio estuvo lejos de mejorar.
Sin ir más lejos, el 16 de junio
de 2019 a las 7.07 un apagón dejó sin luz a todo el país – con excepción de
Tierra del Fuego– y afectó a Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil, a raíz de una
falla de Transener, que dejó fuera de servicio una línea de alta tensión,
Colonia Elía-Campana.
Este martes, cuando Macri se
burló de los cortes de luz en las redes, desde el Gobierno no tardaron en
recordarle aquel dramático episodio que aún es investigado por la Justicia. Se
estima que ese corte afectó a 50 millones de usuarios.
El apagón se extendió por 13
horas y según la pesquisa preliminar, hubo al menos cuatro fallas en el
funcionamiento del sistema eléctrico: dos que condujeron al apagón y otras dos
que complicaron el regreso a la normalidad.
A pesar de los aumentos, los
cortes de luz continuaron durante el gobierno de Macri. El periodista
especializado en energía Santiago Spaltro describe que los fuertes aumentos
durante la gestión de Cambiemos no se vieron reflejados en mejoras en el
suministro.
En el caso de Edesur, que
pertenece a la empresa estatal italiana Enel, en 2021 hubo rumores de una
posible venta, aunque la propia firma lo desmintió. Enel, además, interviene en
el mercado de la generación energética. “El servicio está totalmente
abandonado, no solucionan los problemas: desenchufan un cable para enchufar
otro. La red está dañada y no la arreglan”, se queja Bassano.
¿Estatización?
En el ENRE advierten que en el
caso de Edesur existe una “gestión ineficiente de la contigencia”, que responde
a la falta de inversión en infraestructura. “Juan José Aranguren reconoció que
la infraestructura en transporte y distribución es deficiente, es bueno que
ahora lo reconozcan quienes decidieron tarifazos del 3.200 por ciento sin exigir
inversiones, permitir el recorte de personal y dejar el ENRE a cargo de
personas que no controlaron”, recuerdan.
Además, en el organismo
controlador hablan de la necesidad de un plan de inversión a largo plazo, que
incluya una gestión eficiente de las contingencias. “Eso permitiría que por una
mala decisión de la empresa haya usuarios con tantas horas sin servicio”, razona
un importante funcionario, que explica que los indicadores de calidad se
revisan cada seis meses y que habitualmente se aplican sanciones.
- ¿Las empresas pagan las multas
millonarias o suelen patalear? - consultó Página/12
- “Las multas con destino al
usuario no son de carácter recurribles sin la previa acreditación del pago de
la misma en el expediente, mientras que las que tienen como destino el tesoro,
sí son recurribles. Muchas de ella efectivamente son recurridas”, respondieron.
Por eso, Bassano insiste en la
necesidad de estatizar el servicio. “Es mentira que hay pérdida de dinero en
las empresas y que para mejorar el servicio hay que aumentar tarifas
constantemente”, afirma el abogado, que plantea que “un sistema más dominado
por el Estado va a ser más limpio”.
Para graficar, recuerda que en 2001 las empresas quisieron mantener la dolarización de las tarifas. “La empresa manifestaba que no alcanzaba para prestar el servicio y era mentira. Cuando Macri llegó al gobierno, con los fastuosos incrementos, seguimos con problemas, y las subas no representaron ni el uno por ciento de mejora”.
* Periodista y productor de contenidos.