“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima.” Arturo Jauretche –político, escritor argentino (1901-1974)
Enero 16, 2017. Un repaso de la conducta estratégica y la necesidad de
la presencia del Estado para la promoción de ciertas industrias básicas. La
creación de YPF por parte de Hipólito Yrigoyen en 1922, la designación
como presidente de la empresa estatal al Gral. Enrique Mosconi, se debió
al concepto visionario y nacionalista de éste: “El monopolio de exploración,
extracción, transporte, elaboración y distribución debe estar en manos del
Estado”. “Entregar nuestro petróleo es entregar nuestra bandera” agregó.
Durante 70 años YPF estatal logró, una flota petrolera
marítima y fluvial, destilerías, talleres de mantenimiento, poliductos, desarrollos
tecnológicos, acciones soberanas y geopolíticas y trascender más allá de
nuestras fronteras, etcétera. Por otro lado, en 1941 se creó la Dirección
General de Fabricaciones Militares y, seguidamente, Altos Hornos Zapla,
factoría capaz de producir arrabio, con mineral que provenía del norte
argentino. Años más tarde se iniciaban los estudios para la construcción de una
planta siderúrgica SOMISA. Dos claros ejemplos, entre otros, de que la
industrialización manufacturera fue iniciativa de los ingenieros militares. En
el último ejemplo, la autoría e impulso se debió al Gral. Manuel Nicolás
Savio. Ambos casos demuestran la necesidad de la presencia del Estado para
la promoción de ciertas industrias básicas, que claro está, necesitan gran
inversión y que a los privados no les interesa realizar. Ambos próceres tenían
empuje, conocimiento, honestidad y el patriotismo necesario para llevarlas
adelante cuidando los recursos.
No cabe duda que el Estado puede ser un muy buen
administrador, eligiendo a las personas idóneas. La versión opuesta, la de los
liberales, aquella de que “el Estado en una empresa es un elefante en un
bazar”, según Álvaro Alsogaray, es una expresión de deseo de que la
empresa debe estar a cargo de los privados, claro que, sin invertir un solo
peso, o sea privatizando las empresas una vez que están funcionando, dando
ganancias y vendiendo productos de calidad a bajo precio.
Las empresas del Estado no eran perfectas, pero
funcionaban, y lo gastado quedaba en el país. Hoy la realidad nos muestra:
combustibles caros que varían su precio acorde al valor internacional (cuando
los costos son en pesos) y según el lugar del país, antes, el precio era
uniforme en toda Argentina y no dependía del exterior debido al método ideado
por Mosconi, el sistema de trasporte es privado(buques, poliductos), el Estado
paga a las petroleras privadas por los combustibles que consume, y lo que no se
vende aquí se exporta como petróleo crudo o refinados porque se gana más (cabe
pensar si los aumentos están hechos adrede para que la gente no consuma, con la
consecuencia de caída de actividad industrial, desocupación y hambre).
El acero que produce Techint, propiedad de Paolo Rocca,
es más caro y quiere protección contra el ingreso libre de acero, y aun así
gana fortunas. El Estado ahora se ve sometido a un endeudamiento interno que
antes no lo tenía. Muchos aplaudían la privatización de YPF y SOMISA y los
dólares que recibían por indemnización, que duraron un suspiro y además
quedaron desocupados. Queda demostrado que con dinero no se compra el sentido
común ni la inteligencia; que repetir lo que dicen otros (TN, Clarín, La
Nación) sea por emociones inducidas, no es lo mismo que leer y pensar. Hay
dolores al parir, no al concebir o votar sin pensar o por emociones. Hoy se
está pariendo el futuro, de miseria y sometimiento, ya lo verán aquellos que
dicen “hay que darle tiempo”. Mientras el capital financiero llega y se
lleva los dólares que “ingresan” por blanqueo o por préstamos o LEBACS, plata
dulce (o bicicleta financiera) que resulta de regalar el país, incluido sus
habitantes.
La presente fue escrita en Enero de 2017, creo que no hay
dudas sobre lo expresado, del desastre y el regalo del patrimonio nacional por
parte de Juntos por el Queso. Una agrupación de empresarios y políticos sin
escrúpulos, sin una pizca de amor patrio, ni deseos de ser realmente una
NACIÓN. SOCIALMENTE JUSTA, ECONOMICAMENTE LIBRE Y POLITICAMENTE SOBERANA.
Afortunadamente, con una capacidad e inteligencia limitadas, una caradurez, una
ignorancia y soberbia superlativa, convencidos de que todo se legitima por
medio del dinero. Humanismo CERO. Son mercenarios antipatria mostrado en su máxima expresión. Prontos a reverenciar
y someterse a los intereses foráneos por migajas. Así es ciudadano, si no está
de acuerdo, mire hacia atrás, a todo lo sucedido desde la asunción de Juntos
por el Queso. ¿Se quiere suicidar?¿Quiere votar al león? Después no se queje.
* Dr. Héctor Pomini / 21/9/2023

