Los sueldos y las ideas que tiran gases y balas de goma.Cuánto cobran los uniformados que están en primera fila a la hora de reprimir el conflicto social. Los sueldos y adicionales que son envidia de las Fuerzas Armadas. Por qué eligen ese trabajo y las curiosas diferencias entre “federales” y gendarmes. Las miradas políticas que las fuerzas de seguridad comparten con el Presidente y los aspectos de Milei que los incomodan.
Con salarios y adicionales, los agentes utilizados por el Gobierno para
reprimir la protesta social perciben como mínimo 700 u 800 mil pesos. La
incidencia de la ideología de ultraderecha y el odio a "los zurdos". El
antisemitismo.
“¿Usted me pregunta por qué pegan, tiran gases y balas de goma los que están en moto o los que están detrás de los escudos?", repite ante Página/12 un jefe de la Policía Federal. "En primer lugar, porque saben que, si no lo hacen, se tienen que ir de la fuerza. El que va sentado atrás en la moto gana, como mínimo, 584.322 pesos de básico, más un adicional por riesgo, antigüedad y horas adicionales. No menos de 700 mil u 800 mil pesos por mes. Para ellos, un sueldazo. Pero, además -agrega el jefe-, siete de cada diez votaron a Javier Milei y suelen sintonizar en eso de ir contra los zurdos. Eso sí, una parte, ahora dice que hay que destituir a Milei porque se hizo judío." En la Gendarmería se repite algo bastante parecido, aunque con un perfil distinto. Detrás de los escudos suele haber un alferez o subalferez que cobra entre 550.192 y 605.212 de básico, a lo que se suman adicionales por otros 200 mil pesos. En la Federal dicen que a esos cuerpos especiales van los efectivos más rústicos, más pendencieros y con tendencias autoritarias.
Preparándose para el conflicto
Tanto en el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, como en
las propias fuerzas, hay un clima que es mezcla de incertidumbre y bravuconada:
piensan que habrá fuerte conflicto social, no sólo en CABA, sino en distintos
lugares del país. Y no faltan los que sienten cierto deleite con la idea del
choque, el roce, pegar con la tonfa (el bastón), imponerse a palos, gases o
balas de goma.
El Grupo de Operaciones Motorizadas Federales (GOMF) vino a reemplazar a la
Policía Montada. La transformación se hizo en tiempos de Cristina Fernández de
Kirchner por los riesgos que significaban los conflictos para la gente y
también para los caballos.
“Los que están en esa unidad tienen varios perfiles -cuenta otro jefe de la
Federal-. Son fanáticos de las motos, primero que nada. Pero, además, les gusta
la pelea, el gimnasio, la tonfa y el manejo de gases y balas de goma. No
tienen, ni por asomo, el perfil de los que quieren estar en investigaciones o
científica. Algunos dicen que son los más brutos de la Federal y también que en
esos cuerpos terminan los sancionados”.
Zurdos, judíos y pandemia
Según todos coinciden, en esas unidades, las motorizadas y la Infantería,
hay mucha sintonía con los planteos “de orden” del gobierno de Milei, sumado a
odio a la izquierda y a los movimientos sociales. Y antisemitismo. Hablan del
Plan Andinia (una grotesca teoría de que los judíos se quieren quedar con la
Patagonia), y por supuesto, que los judíos son el poder real en el mundo. Esa
franja -el cálculo es que son dos de cada diez- ya está enojada y dice que hay
que destituir a Milei porque se hizo judío y no se puede ser presidente siendo
de esa religión. Como se sabe, el requisito fue cambiado en la reforma
constitucional de 1994.
Algo menos asombroso es el otro punto de coincidencia con La Libertad
Avanza: gran parte de esos efectivos creen que “lo de la pandemia fue una gran
mentira”, una manipulación, también de “los zurdos y judíos”.
“No me cobres impuestos”
No fue casualidad que entre los policías federales que reprimieron frente
al Congreso apareciera un efectivo, inspector o subinspector, que llevaba el
símbolo libertario en una especie de parche en el pecho, encima del chaleco
antibalas. La bandera de Gadsden, fondo amarillo, con una serpiente en el
medio, es utilizada por la derecha en muchos países y la leyenda “Dont tread on
me”, “no me pisotees”, es interpretada como “no me cobres impuestos”, una de
sus grandes consignas.
Según dicen en la Federal, fue una patoteada del propio efectivo contra los
zurdos, no una acción concertada con el jefe a cargo. Pero el desenlace -un
sumario, dijo la ministra- no se conoce. Lo que correspondía era poner al
individuo en disponibilidad -están prohibidos los símbolos partidarios- e iniciarle
el sumario, pero no fue eso lo que informó Bullrich. Claramente le bajó el
tono: no quiere hacer ningún gesto que opaque a la represión y que pueda ser
interpretado como una sanción a los que pegan palos.
Palos por plata
En la moto suelen ir un inspector o subinspector, con sueldos básicos que
van de 584.322 a 642.754 pesos, pero en el operativo participan también
sargentos con sueldos básicos de 713.998. A esas cifras se suma un adicional
por riesgo, la antigüedad y lo que serían horas extra. En una jornada extensa
como las que se vivieron en el Congreso, los efectivos suman entre 20 mil y 35
mil pesos. En suma, casi ninguno se lleva menos de 700 mil pesos y muchos
redondean cifras por encima de 800 o 900 mil pesos mensuales. El régimen es de
12 horas -trabajo-entrenamiento con la moto y en el gimnasio- por 36 horas de
descanso. Al frente del operativo, generalmente está un comisario o un
subcomisario: el ingreso mensual depende de la antigüedad, pero es de alrededor
de 1.500.000 pesos. Los altos mandos, o sea los que tienen el poder de
decisión, rondan los 3.000.000 mensuales, pese a que no tienen muchísima
antigüedad: el gobierno de Milei hizo una feroz razzia pasando a retiro a 18
comisarios generales, con más experiencia y menos docilidad para lo que se
viene. El pecado que se les achacó fue el de ser colaboracionistas con el
gobierno anterior, o sea que mantenían una relación normal, correcta, con el
gobierno constitucional.
Verde duro
Como se sabe, quienes ingresan a la Gendarmería son principalmente de las
provincias y, a veces, de pequeñas localidades del interior. Se supone que son
efectivos formados para estar custodiando las fronteras, es decir en lugares
lejanos a las grandes ciudades. No hay, por lo tanto, un proceso ideológico
similar al de la Federal ni le dan un valor a la represión en sí misma: es más,
algunos están preocupados por no quedar pegados en alguna causa judicial. Pero
la no-ideologización los convierte en más dóciles y se considera que "se
bancan todo". Es la fuerza privilegiada por Bullrich, que suele utilizarla
para las misiones más espinosas y truculentas. Los ejemplos más nítidos fueron
la persecución que terminó con la vida de Santiago Maldonado o el peritaje
fraudulento que se hizo respecto del suicidio de Alberto Nisman.
Ese origen en localidades del interior y el perfil poco ideológico hace que
los gendarmes valoren las unidades de represión urbana, en esencia porque les
permiten vivir en las grandes ciudades o cerca de las grandes ciudades. Uno de
los mitos (o verdades) sobre esa fuerza es que los gendarmes suelen tener una
familia en su pueblo o pequeña ciudad de origen y otra familia en las zonas en
las que prestan servicio. Debe recordarse que en los gobiernos de CFK se empezó
a asignar gendarmes para funciones de seguridad en barrios conflictivos del
Gran Buenos Aires y del Gran Rosario. El mito de las dos (o tres) familias
arrancó en ese tiempo.
Mucho dinero
Pero el otro atractivo está en los sueldos, que se parecen bastante a los
de la Federal. Un alférez o subalferez, que son buena parte de los que están
detrás de los escudos en las represiones, tiene sueldos básicos que van de
550.192 pesos hasta 605.212, pero con los adicionales por riesgo, antigüedad y
recargo de servicio -cuando están frente a una manifestación todo el día-
pueden redondear cifras que superan los 800 mil o 900 mil pesos mensuales. Un
recargo de servicio como el de la semana pasada, más de 5 horas, les agrega
13.433 pesos a lo que cobrarán a fin de mes. El jefe del operativo sumó 20.130,
aunque su sueldo es de 1.200.000 pesos.
Lo más tentador para un gendarme es lo que llaman Función de Prevención
Barrial, o sea, hacer guardias en los barrios complicados. A su sueldo, un
alférez le suma 267.967 pesos, lo que lo acerca al millón de pesos. El otro
mito que suele circular es que los gendarmes hacen menos negocios que los
policías -federales o bonaerenses o santafesinos o cordobeses- por lo que sus
servicios de prevención barrial serían más eficientes. Los negocios de los que
se habla son siempre los mismos: vínculos con la prostitución, el curanderismo,
el juego, las barras bravas y, en el peor de los casos, la droga.
En la Prefectura y en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) también
hay grupos de infantería, aunque de menores dimensiones. En las últimas
protestas, a los prefectos se los vio en el Puente Pueyrredon, mientras que los
agentes de la PSA, a través del Grupo de Infantería Aeroportuaria, estuvieron
en la represión en las inmediaciones del Congreso. En general, son cuerpos que
sus compañeros definen así: “Es un lugar de brutos”.
El aumento de enero y después
El aumento de enero fue del 16 por ciento, porque supuestamente se sigue a
los aumentos de UPCN, uno de los gremios estatales. Por supuesto, con el
incremento de los precios de diciembre y enero, perdieron por goleada contra la
inflación. Y el panorama es que eso va a continuar así.
Sin embargo, el rumor que les hicieron llegar a los efectivos es que los
van a ir compensando con adicionales que -supuestamente- irán sumando. Y los
efectivos creen ese rumor. Saben que la situación se va a poner cada vez más
caliente y que Milei-Bullrich no van a querer arriesgar. Tal vez en el gobierno
recuerden que el mayor conflicto de los últimos años de las fuerzas de
seguridad, gendarmes y prefectos, fue en 2012 por razones salariales. Llegaron
a ocupar los edificios centrales, el Centinela y el Guardacostas, se
auto-acuartelaron y crearon zozobra en toda la sociedad. Claro que en aquel
momento gobernaba CFK y la protesta fue acaudillada por personajes de
ultraderecha, con cobertura de los grandes medios. Ahora, esos personajes de
ultraderecha sintonizan con la Casa Rosada. Es distinto.
*Periodista, presentador y escritor.