Por Eduardo Finocchi.- Mi historia comienza cuando en años de mi adolescencia, y con algunos amigos de la barra de 14 y 35, principalmente Pepino Marchini y yo, Eduardo Finocchi, descubrimos la sede de un club olvidado y abandonado en la calle 35 e/ 14 y 15 de La Plata.
Un viejo habitante del
barrio, que no recuerdo su nombre, tenía las llaves y se entusiasmó cuando le
dijimos que queríamos reflotar el viejo club “PEÑAROL” como decía su escudo
sobre la semi- destruida puerta. Allí encontramos
lo que había sido un buffet, algunas
mesas y sillas rotas, en in cajón algunas medallas que nunca fueron entregadas,
y saliendo a un patio lleno de plantas y yuyos, una cancha de básquet.
Tratamos de juntarnos
unos cuantos para armar una nueva comisión, pero había mucho trabajo por
realizar y pocos se entusiasmaron, yo al poco tiempo me mudé del barrio y la
vida me llevó por otro lado.
Lo que sí recuerdo, que ese
último socio, al darnos las llaves nos contó…Aquí jugó Oreste Osmar Corbatta,
el wing mas grande que tuvo el fútbol argentino. Cosa que nos causó mucha
gracia y la verdad que en su momento no creímos.
Hoy encontré este libro de
Alejandro Wall, titulado “CORBATTA El Wing” y allí estos datos que pasan a
formar parte de mi página EL ALBUM DE LA PLATA en http://elalbumdelaplata.blogspot.com. Que con tanto cariño armé en homenaje a esta
hermosa ciudad que me recibió de niño y donde me quedé a vivir y formar mi
numerosa familia.
La historia de Corbatta.
Corbatta, (su nombre completo era Orestes Osmar Corbatta Fernández) era de una familia pobre de origen rural y tenía ocho hermanos. Su padre murió cuando era pequeño y al tiempo su madre, Doña Isabel, se mudó a La Plata con sus hijos. Sufría analfabetismo, hecho que lo avergonzaba y entristecía. Se sentía mal cuando sus compañeros comentaban noticias de diarios y revistas en las conversaciones. Cuando llegaba un periodista siempre tomaba un diario y fingía leer. Nunca le gustó hablar demasiado. "Ayer quise ir a comer a la Costanera. Llegué y me fui porque toda la gente me miraba", contó una vez.
En el libro DE FÚTBOL SOMOS
(2001) de Rodolfo Braceli, Corbatta
contó que comenzó a jugar al fútbol en los potreros de nuestra ciudad, por la
calle 17 e/ 34 y 36…“Nadie me enseñó nada, nadie le puede enseñar al que no
nace” , “es más lindo jugar en el potrero que en el césped, te aseguro” dijo.
Explícame porqué, le pregunta Braceli…Y Corbatta le dio una respuesta
poética…”Porque cuando se levanta el polvito de la tierra, escondés la pelota y
no hay Dios que la encuentre”.
Otro dato sobre “PEÑAROL”
también lo publicó la revista “GOLES” del 26 de Febrero de 1957, bajo el título “ Nace un ídolo…” y contaba a modo de
historieta, los inicios de Corbatta, “En 17 y 36 nació PEÑAROL, del que fue
socio fundador y wing derecho…y daba un dato muy revelador para su biografía,
que era hincha de Estudiantes de La Plata. Y en la misma revista del 23 de
Julio de 1957, Corbatta también contaba: “De chico, fueron mis comienzos en las
filas de PEÑAROL, mi clubcito de barrio platense, que quedaba a una cuadra de
mi casa que estaba en 36 y 18.
Corbatta llegó a Estudiantes, su primer club oficial, para jugar en la 8ª. En los torneos barriales, y solo jugó allí entre 1950 y 1951. Hay varias versiones sobre su partida, una es que tuvo una fractura muy importante de tibia, jugando contra Independiente. Otra versión dice que lo expulsaron porque le robó un par de botines a un compañero del club, y la interpretación más benigna aclaraba que no había devuelto un par de botines que le habían prestado y que combinado con una lesión, hizo que Corbatta no apareciera más y que el Club tampoco lo reclamara.
Lo concreto es que en la AFA
figura un boletín de 1953, con el pase de Corbatta de 17 años desde Estudiantes
a la Liga Platense de Fútbol, sin equipo donde jugar hasta que apareció
Juverlandia de Chascomús, que con él en 1954, salió campeón de la Liga local
por única vez en la historia. En 1963 fue llevado a Racing, por un tal Aparicio
(un viajante) que siempre andaba por el interior buscando jugadores para Racing
y así se ganaba la vida. Racing Club, le pagó a Juverlandia $ 14.000 por el
pase. En Racing jugó en 195 ocasiones de 1955 a 1962 y marcó 79 goles. Este fue
el equipo que le valió su lugar en la selección y fue protagonista de la mejor
parte de su carrera futbolística. Otros cuentan que fue un tal Oroz, jugador
de Racing, que lo acercó al equipo de Avellaneda para llegar a ser el wing más
grande de la historia del fútbol argentino.
A lo largo de su trayectoria
consiguió importantes logros deportivos en dos de los considerados grandes del
fútbol argentino, Racing Club de Avellaneda y el Club Atlético Boca Juniors, donde
conquistó dos títulos de la Primera División de Argentina en cada club, y en la
Selección Argentina, donde jugó desde 1956 a 1962 y consiguió las Copas América
de 1957 y 1959, por entonces llamada "Campeonato Sudamericano de
Naciones", marcando 18 goles en sus 43 presentaciones.
El Final. Jugó en Cipolletti
unos años y luego Don Roberto Aníbal Luquez, un amigo de la ciudad de Benito
Juárez, provincia de Buenos Aires, lo llevó a jugar al Club Mariano Moreno,
brindándole hospedaje y comida junto a toda su familia. En su decadencia,
alcoholizado y sin hogar (pese a que se casó cuatro veces), Corbatta vivió sus
últimos años en un camerino del estadio de Racing, donde trabajaba en las
divisiones inferiores. Murió en la miseria el 6 de diciembre de 1991, a los 55
años.
El diario La Nación de
Buenos Aires tituló “Murió Corbatta, arquitecto de un fútbol que emocionó”, el
periodista Jorge Llistosella escribió sobre Corbatta: “no habrá ninguno igual”,
mientras Página 12 dijo "La muerte se pasó de la raya".
Un par de años después de su
muerte, las autoridades de Racing hicieron un pedido oficial ante las
autoridades de la Municipalidad de Avellaneda para que se cambiara el nombre de
la calle Cuyo, lindante a la cancha y sobre la cual se encuentra la pensión de
Racing, por el de Oreste Omar Corbatta. El pedido fue aceptado y hoy en día los
hinchas de La Academia lo recuerdan siempre cuando van al Estadio Presidente Perón.
En 2006, 15.to aniversario
de su muerte, se inauguró en el Salón de la Fama una estatua de bronce hecha
por Daniel Zimermann.
Igual me quedó una duda…
Como llega a funcionar allí. Un colegio privado de La Plata, el “Benito Linch”
donde ahora casualmente va mi nieto a la escuela primaria.
Eduardo Finocchi / Pandemia
2021