Las resistencias a una eventual candidatura del ex presidente. El fundador de Cambiemos no se baja de la disputa para el 2023. Las críticas de Gerardo Morales y el incómodo silencio de Vidal y Rodríguez Larreta.
Mauricio Macri aprovechó las
divisiones del oficialismo para intentar reinstalarse como un candidato viable
para 2023. Tuvo más apariciones públicas que nunca, prometió que un
"segundo tiempo" iba a ser mucho mejor que su primer mandato y dio
pistas de lo que haría. Esto generó bastante nerviosismo en Juntos por el
Cambio. Primero, entre los radicales, a quienes la reaparición del expresidente
en un escenario electoral les parece una pésima noticia. Por eso, le salió a
contestar enérgicamente el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que busca
competir en esas PASO. En el entorno de Horacio Rodríguez Larreta y María
Eugenia Vidal, la noticia tampoco cayó bien, pero hicieron silencio hasta que
Macri blanquee sus aspiraciones.
Todo indica que Macri seguirá en
esta línea de apariciones públicas, pero sin confirmar qué hará en 2023. Un
horizonte posible es que él mismo no lo defina hasta comenzado ese año. Sus
opciones son dos: o presentarse él mismo (opción que antes no contemplaba y
ahora resurgió con fuerza) o apoyar a otro u otra candidata, algo que no termina de seducirlo. Por ahora, intenta presentarse
como equidistante entre halcones y palomas, aunque es el jefe de los primeros.
Radicales enojados
La primera reacción al raid
mediático de Macri, con visibles intenciones de volver a instalarse como
candidato, vino de la UCR. No es sorpresa que así sea: en 2020, el entonces
titular de la UCR, Alfredo Cornejo, se cansó de decir que Macri no debía volver
a ser candidato (en ese momento, el énfasis estaba puesto en 2021, pero demás
está decir que para Cornejo lo mejor que podía hacer Macri es ir declinando
hacia un retiro). Su sucesor, Morales, no opina demasiado diferente.
Y ante las apariciones del
exmandatario, Morales ya está seguro de que va a ser candidato, por eso le
salió a contestar con todo. Especialmente por las declaraciones que hizo Macri
reinvindicando el gobierno de Carlos Saúl Menem: "Realmente quien había
resuelto los problemas de grieta en la Argentina fue el presidente Menem. Cada
día va a ser más reivindicado: él vino con un peronismo moderno, intentando
unir a los argentinos detrás de la producción, el empleo, el progreso y
pacificar la Argentina", dijo el fundador de Cambiemos, que en los noventa
supo ser ferviente menemista, pero en buena parte de su carrera política buscó
ocultarlo.
"Rechazamos las políticas neoliberales implementadas por el menemismo en los 90 que hoy reivindican algunas voces de la política argentina", le contestó Morales. "Estás medidas destruyeron nuestro aparato productivo, nos hicieron más pobres y terminaron con la esperanza de nuestro pueblo", remarcó el gobernador de Jujuy.
Pero Morales no se quedó solamente en repudiar la reivindicación de la década menemista, sino que buscó diferenciarse lo más posible de Macri, a quien comenzó a ver como su eventual contendiente en 2023 (o quizás, al que más fácil le pueden jugar en contra sus años de gobierno). Dijo Morales: "La UCR es un partido democrático, no una empresa. Tenemos dirigentes políticos, no CEOs. Estamos construyendo un programa político federal, no uno de negocios. Queremos que las cuentas cierren, pero con un pueblo que tenga trabajo, salud, educación y seguridad".
Con esto último, aludió a las
declaraciones de Macri de que, de volver al gobierno Juntos por el Cambio,
haría un ajuste sin gradualismos y eliminaría todos los "gastos
superfluos", que -para Macri- incluyen a Aerolíneas Argentinas.
En el PRO hay cautela
En el PRO, la reacción fue mucho
más fría y silenciosa que en el radicalismo. Si en la UCR ya hay muchos
convencidos de que Macri, por más que no lo diga, ya decidió jugar en 2023, en
el partido del expresidente sostienen que eso no está definido. Algunos,
incluso, advierten que en privado Macri les dijo que no tenía pensado
presentarse. Pese a que su actividad pública está diciendo lo contrario.
Dentro del PRO, Macri podría
tener tres adversarios: Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Horacio
Rodríguez Larreta. La presidenta del partido es la que más cerca de él jugó
todo este tiempo (después de todo, la ubicó en ese cargo al final de su
mandato), por lo que es la que más problemas tendría para resistir o enfrentar
la decisión de Macri de volver a candidatearse.
Vidal y Larreta, en cambio, hace
tiempo que se fueron diferenciando. La exgoberndora alguna vez reconoció que no
le parecería sano que Macri vuelva a ser candidato. Hoy no lo descarta. En su
entorno resaltan que ella recompuso la relación con el expresidente y prefieren
imaginar que no se va a presentar cuando vea la imagen negativa del 65 por
ciento que tiene en el conurbano bonaerense. "Está lejos de poder volver a
presentarse", advierten.
Larreta, por ahora, juega al silencio, pero está claro que un Macri candidato complica sus planes para llegar a la presidencia. El jefe de Gobierno preferiría llegar a ser candidato del PRO en buenos términos. No tomó acciones para romper con Macri en ningún momento: por el contrario, buscó seguir consultándolo y conversando con él, más que intentar enviarlo al sector de los jubilados. De hecho, en sus últimos discursos se dedicó a reivindicar momentos de Macri en la Ciudad, como una forma de señalar que le reconoce las bases que sentó. No obstante, todavía está por verse como reaccionará si finalmente llega a lanzar formalmente su candidatura. Pero para eso falta, al menos, un año.
*Periodista. Escribe en la sección El País de Página/12. Coautor de La otra Juvenilia, Detenidos-aparecidos y Los días sin López.