“El 90% de los chicos que nacen en hogares pobres, mueren pobres por más capaces que sean. Más del 90% de los chicos que nacen en hogares ricos, mueren ricos por más estúpidos que sean. Por lo tanto, el mérito no es un valor”. Joseph Stiglitz – Nobel de economía 2001”.
Reseña. Producido el crack de la Bolsa de
New York (1929), se inició la Gran Crisis económica mundial. El ascenso al
poder de Franklin Delano Roosvelt, puso en práctica el New Deal. Es decir, una
serie de reformas destinadas a la reactivación económica. El Estado destinó el
3% del Presupuesto al fomento industrial; y la perla: la instauración del
Seguro Social (pensión a la vejez o jubilación) a regañadientes del
establishment. No fue hasta la entrada de USA en la Segunda Guerra Mundial,
cuando se inició la real reactivación económica. Con el privilegio de estar
lejos de los frentes, y por lo tanto de la destrucción masiva de industrias.
En el Reino unido. La guerra obligó a concentrar en el Estado
toda actividad para la optimización del esfuerzo de guerra. Impulso a las industrias, conceder beneficios
para estimular a la población. Finalizada la contienda en 1945, fue forjado en
los países occidentales un estado de bienestar que se extendió aun a países vencidos.
No fue una bondadosa acción lo impulsado por el Plan Marshall, sino que se
pretendía otorgar ventajas para la necesaria reconstrucción que beneficiara a
la población, como también, poner en marcha a la economía en los tiempos de
paz. Hubieron beneficios sociales, créditos para vivienda, etc. para generar consumo.
Las corporaciones y el poder financiero, aceptaron tales “esfuerzos”. En el
Reino Unido, los FFCC estaban quebrados, el Estado se hizo cargo de los
servicios y de la deuda. La salud y la educación pasaron a ser estatales, los
sindicatos y organizaciones sociales tomaron más poder. Se vendieron activos en
el exterior, todo contribuyó a mover la rueda económica. Aclaremos que al
hacerse cargo el Estado, significó que todos los contribuyentes pagaron la deuda
de los FFCC, sus primitivos dueños se sacaron de encima ese lastre durante poco
más de 20 años. Los liberales tuvieron que retroceder por conveniencia.
La reacción. Saldada la deuda de los FFCC, los
capitales privados deseosos de recuperar las ganancias, batieron el parche de
los malos servicios ferroviarios estatales, y que debían pasar otra vez a manos
privadas. No conformes, fueron por más, siguieron las críticas a otros servicios.
La era Tatcher. Ella estaba decidida a reducir el poder de los
sindicatos, ya que acusaba a sus líderes de debilitar la democracia
parlamentaria y el desarrollo económico mediante las huelgas y protestas. Hubo
cierre de minas y privatizaciones, desocupación, baja inflación. Se alentó el
crecimiento de la actividad financiera y de empresas de servicios. Se quitaron
con los controles de cambio y de la salida de activos al exterior. Ya en el
presente siglo, nada se dice de la recesión y el mal camino de la economía
inglesa. Hay 4 millones de súbditos desocupados y un tercio de la población ha
suprimido una comida diaria.
Argentina obediente. En cada interrupción de los gobiernos democráticos
locales estaba “el poder en las sombras”. Las nuevas autoridades impulsaron la
liberalización de la economía, destruyendo la industria local y endeudando al
país. Al igual que en el Reino Unido, se persiguió a sindicatos y se cercenaron
derechos. Hicieron todo lo posible para volver a los años 30, tiempo en que muy
pocos se podían jubilar; el régimen laboral era de una quasi esclavitud. Un
trabajo del Dr. Pedro Escudero –Padre de la nutrición y la gastroenterología
argentina- estableció claramente el estado de vulnerabilidad de las clases
sociales del país. Recurriendo a la Dirección de Sanidad del Ejército Argentino
estudió a 18 clases de ciudadanos convocados para el Servicio Militar
Obligatorio, determinó que el 30% de las clases eran rechazadas por raquitismo
y Tuberculosis, más un 4% por idiocia. Todo debido al déficit nutricional. Cosa
notable en el país de la comida. Todo mejoró a partir de 1943: salarios,
derechos laborales, vacaciones, aguinaldo, etc. El resurgimiento en cada una de
las reconstrucciones de la Patria por parte de gobiernos reivindicatorios de
los derechos perdidos – a excepción de la runfla traidora menemista-, llevó
esfuerzos considerables.
Los Perduelis. Son los enemigos internos de la Patria: la
oligarquía vacuna, bancos y cerealeras, bolsa y grandes grupos económicos.
Fieles obedientes de los intereses externos hacen e hicieron todo lo posible
para reimplantar el sistema liberal. Las consecuencias: Los ricos cada vez más
ricos, pobres en mayor número y más empobrecidos. Mau dijo: “El salario es un
costo y hay que bajarlo”. Su limitada sesera no le permite pensar en la
sencilla cuenta: mejores salarios= mayor consumo= mayores ganancias.
Conclusión: hoy el sistema liberal está en crisis, confronta
para no desaparecer; ha quedado demostrado una vez más que la libre empresa sin
limitaciones, ha conducido a sociedades en donde el hábil empresario somete a
sus congéneres a la explotación sin límites, quieren cada vez más y más, al
punto tal que la sed de dinero y poder nos están conduciendo a una guerra de
consecuencias imprevisibles. Ud. ciudadano ¿ha pensado
alguna vez en esto?¡¡¡¡Piense ciudadano!!!!