En todo caso, ya se ha dicho muchas veces: hace varias gestiones que el Ministerio de Economía ha sido totalmente ineficiente en la “lucha contra la inflación” o el “ordenamiento de las variables macroeconómicas” tantas veces anunciadas, y sin embargo nadie ha solicitado su eliminación. Se entiende (o no) que los fenómenos multicausales son complejos, que requieren una articulación de acciones, con una dirección clara y sostenida en el tiempo.
Tampoco se han analizado con la misma exhaustividad aplicada al Ministerio de las Mujeres los gastos de otros Ministerios como el de Medio Ambiente, también desaparecido en esta nueva gestión, aún cuando la desprotección de los recursos naturales y parques nacionales siguen a la orden del día.
Pero no se trata de defender una institucionalidad como una cáscara vacía, sino de plantear cuáles son las urgencias que todavía aquejan y que no se resuelven a fuerza de decretos.
En los primeros 20 días del mes de enero 2024 fueron contabilizados 18 femicidios (en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, Misiones, Chubut, Córdoba, Salta y La Rioja) de acuerdo con los hechos reportados por las autoridades. Los datos oficiales los difundirá la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que desde 2015 sostiene un Registro de Femicidios de la Justiica Argentina, herramienta indispensable para analizar las características de los femicidios, sus determinantes, formas de comisión y fallas en las políticas de prevención y abordaje temprano.
Durante el año 2022 una mujer fue asesinada cada 35 horas en Argentina. En el 60% de los casos, el perpetrador fue una pareja actual o pasada pero solo en una limitada cantidad de casos (se identifican al menos 38) la víctima había hecho la denuncia antes del desenlace fatal.
El femicidio es la manifestación más extrema de la violencia de género detrás de la cual se esconde un continuo de violencias que deben ser atendidas con distintas estrategias a fin de prevenirlas, procurando atender las causas estructurales de esa desigualdad. Ese es el objetivo de los Planes nacionales de acción que debían traducir en políticas públicas las promesas de la Ley 26.485 que promueve una vida libre de violencias para las mujeres. Con ese objetivo se orientaron los sucesivos planes definidos e implementados desde 2016 en adelante.
Garantizar el derecho a una vida libre de violencias por razones de género es un deber del Estado argentino de acuerdo con las obligaciones que ha asumido tanto a nivel local como a nivel regional e internacional. Por eso, el gobierno argentino tiene la responsabilidad y la obligación de implementar políticas públicas de prevención, protección, sanción y erradicación de todas las formas de violencia que, motivadas por discriminaciones de género, atentan contra la integridad y vida de las personas.
A mediados de enero 2024 un grupo de 15 organizaciones de la sociedad civil enviamos una carta a la Ministra Pettovello solicitando una reunión, junto con la persona que eventualmente se designe a cargo de la Subsecretaría que debe dar continuidad al trabajo del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. A la fecha, no hemos tenido respuesta y no se conoce cuáles serán las prioridades de la agenda de trabajo que propone esta gestión.
*Abogada, directora Ejecutiva de ELA - Equipo Latinoamericano de Justicia y Género y del Proyecto Cerrando Brechas para Erradicar las Violencias contra las Mujeres.

