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¡FELICES PASCUAS! LA CASA ES UN DESORDEN. (Por: Carlos Caramello*)


 

"Nuca paguéis a nadie mal por mal, Repetad lo bueno delante de todos los hombres"

                                                                                             La Biblia – Romanos 12:17

Once años y veintitrés días pasaron entre el miércoles 24 de marzo de 1976 (cuando las fuerzas armadas decidieron tomar la democracia por asalto) y el 19 de abril de 1987. Ese domingo de Pascuas, el presidente Raúl Alfonsín, rodeado por la flor y nata del radicalismo y el peronismo, grabó en el corazón de los argentinos su famosa frase: “La casa está en orden”.

Menos de una semana pasó entre la exuberante marcha contra-negacionista que desplegó el pueblo argentino el 24 de marzo de 2024 y este domingo de Pascuas que nos llega empachado de rabias, indignaciones varias y una pertinaz desolación.

Y casi 37 años han pasado para que ese «Chupete» Manzano joven -por entonces jefe del bloque de diputados justicialistas-, que acompañaba al don Raúl en el emblemático balcón de la Casa Rosada mientras el radical les deseaba a los argentinos “felices Pascuas”, deviniera en este José Luis Manzano empresario que hace pocos días moderó el panel sobre hidrocarburos del Latam Forum (uno de los brazos armados de los negocios del FMI) y apretó públicamente al gobernador Rolando Figueroa, de Neuquén, para que sus diputados voten la ley ómnibus.

Esto no es, en absoluto, personal. Conocí a aquel Manzano muchacho y luego lo traté en Washington, después de que la política lo expulsara e hiciera operetas sobre glúteos para desacreditarlo. Utilizo su imagen -su historia, si se quiere- en la idea de preguntarme si el camino recorrido por este hombre, hoy patrón del petróleo, es modelo del devenir de una generación que se «timbeó» su poder político en aras de ingresar al selecto mundo de los «negocios». No tengo la respuesta, pero sé que muchos dirigentes quisieran ser Manzano.


*Escritor y analista político / 31-3-2024



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