La pedagogía de los agronegocios. (Por: Bernardo F. Carnelli*) - Notas de Opinión

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domingo, 28 de abril de 2024

La pedagogía de los agronegocios. (Por: Bernardo F. Carnelli*)



Esta nota sale en un contexto condicionado por la reciente movilización nacional en defensa de la educación pública y gratuita, la marcha federal universitaria, por lo tanto consideré oportuno abordar la relación entre el modelo dominante de agronegocios y la tarea comunicacional y pedagógica desarrollada por quienes lo propulsaron y sostienen en el tiempo, a fin de consolidarlo como un paradigma hegemónico en su sector. A su vez interpela el debate suscitado en cuanto al “adoctrinamiento” dentro del sistema educativo o la capacidad del mismo para promover un pensamiento crítico y creativo.

Así como en una nota anterior me referí al desafío de ir por la disputa en la construcción de sentido, contra un discurso único, en ese caso sobre uso y tenencia de la tierra; quiero desarrollar en esta el vínculo entre el logro de ese objetivo y la intensa tarea pedagógica y comunicacional de las instituciones que representan el sistema de agronegocios.

Cuando se introduce un nuevo modelo o paradigma en un sector de la producción, predominantemente conservador, como el agropecuario es necesaria una ardua tarea de comunicación para transmitir e instalar esa nueva perspectiva. Dado ese escenario, de una ruralidad globalizada[1], me interesa destacar la disyuntiva entre una agricultura con agricultores versus una agricultura sin agricultores; o también, entre un agricultor-productor y un empresario innovador.

Antes de continuar, describo el concepto de ruralidad globalizada según sus autoras, “nuevo sistema de prácticas materiales y simbólicas: desde las características de su agente económico hasta su destinatario-consumidor, pasando por el tipo de estructura organizacional, todos los elementos que lo componen tienen como horizonte lo global, con sus componentes intrínsecos de virtualidad y de flexibilidad”[2]                                                                                      

Para darle fortaleza a este modelo, fue necesario que se conjugara una sintonía en los diversos actores de la sociedad, tanto productores, ingenieros agrónomos, comerciantes y políticos, etc. Asimismo, se estableció un proceso colaborativo entre espacios tales como el académico, el asociativo y el mediático, para que esta propuesta lograra un arraigo de identidad en el ámbito rural y urbano con el fin de consolidar ese capital social. 

Todo este proceso se inicia a fines del siglo pasado y produce un cambio y una ruptura entre los actores sociales que configuran lo que el común de la gente llama “el campo”. ¿Cuál es el lugar que hoy ocupa el chacarero o agricultor, que habita la tierra en la que produce?, ¿cuál es el rol del empresario innovador del agro surgido del modelo dominante? Y suscita las siguientes preguntas, ¿quién conduce o debe conducir la dirección ideológica del sector agropecuario?, ¿cuáles son las estrategias discursivas preponderantes? ¿cuál es el rol del Estado, de las políticas públicas?, ¿es un sujeto colectivo o una convergencia institucional?

La cuestión tecnológica, el discurso racional científico y su enfatizada eficacia interpelativa, como eje central de este debate, ha legitimado su visión del espacio rural, en contraposición a otras miradas sobre el territorio y su rol en el proceso de desarrollo nacional, dando primacía a una visión tecnocrática en desmedro de un enfoque sociológico y político.         

Pregunta: ¿Pueden las innovaciones estar al servicio de la inclusión y el cuidado de la casa común? Un desafío interesante.                     

Entonces, retomando el inicio de esta nota y nuestro contexto de disputa sobre una educación pública y gratuita; cabe preguntarse cuáles son las responsabilidades y a quiénes le atañen, para favorecer un desarrollo formativo en un ámbito de libertad de pensamiento, diversidad de opinión y creatividad, sin menospreciar las inevitables tensiones que supone la confrontación y búsquedas de consensos en pos de modelos que puedan ser antagónicos o complementarios.

Algunos estamos convencidos del irrenunciable rol del Estado -sin dejar de lado la articulación con otros actores de la sociedad civil-, donde el gobierno debe garantizar a través de sus políticas públicas, como en este caso la educación, las condiciones que permitan a nuestro pueblo –como sostenemos en el IEFI[3]– construir igualdad, emancipación cultural y soberanía integral. Desde la territorial hasta la alimentaria y su condición de posibilidad es la soberanía científico-tecnológica en el marco de un proyecto de agroindustria nacional, que promueva la agricultura familiar. Nada de eso se podrá conseguir sin soberanía política. Y no la habrá si no discutimos un proyecto cultural de Nación y un proyecto de soberanía educativa, para la formación de una nueva conciencia colectiva en tiempos de encrucijada civilizatoria.

A quienes quieran ahondar o “curiosear” algunos programas educativos específicos, les dejo estos enlaces:

Como ejemplo de la construcción de un discurso hegemónico, podemos ver a continuación un cuadro sobre un relevamiento de las ofertas de carreras, maestrías y posgrados, que definen un marco conceptual cristalizador de un determinado modelo, el agronegocio, de las que disponen los futuros profesionales del agro y los diversos agentes de desarrollo:                           

Formaciones con contenido de agronegocios entre 1998 y 2006[4]

InstituciónTipo de formación
UBA-Facultad de AgronomíaMaestría en agronegocios y alimentosCarrera de Especialización en agronegocios y alimentosPosgrados en Alta dirección en agronegocios
Facultad de Agronomía, sede AACREACurso de Alta dirección en agronegocios y alimentosEspecialización en agronegocios y alimentos
Universidad de BelgranoMagister en agronegocios
Universidad Católica ArgentinaMaestría en Gestión de la empresa agroalimentaria
Universidad del CEMAMaestría en agronegocios
Universidad Blas PascalMaestría en agronegocios y alimentos
Universidad Nacional de Entre RíosEspecialización en Alta dirección de agronegocios y alimentos
Universidad Nacional de Mar del PlataMaestría en agronegociosEspecialización en agronegocios
Universidad Nacional de La PampaLic. en Administración de negocios agropecuarios
Universidad de San AndrésGestión integral de agronegocios
Fundación en Altos Estudios en Ciencias ComercialesTécnico superior en gestión de agronegocios
Colegio Universitario IES Siglo XXITécnico superior en administración agropecuariaCurso de planeamiento estratégico de empresas agropecuariasAdministración de empresas agropecuarias
Em.Tec. Innovadora de proyectos tecnológicosCurso de administración y gerenciamiento ruralCurso de administración financiera agropecuaria
Global Agro S.A.Curso de Posgrado en Alta dirección en agronegocios y alimentos (certificado emitido por la FAUBA)
Instituto Cooperativo de Enseñanza SuperiorTécnico superior en agronegocios (cursando dos años más en la Univ. de Santiago del Estero se obtiene el título de Lic. en agronegocios)
Grupo Los GroboCurso de Posgrado en Alta dirección en agronegocios. Convenio FAUBA-Los Grobo Agropecuaria
Universidad de la Cuenca del PlataMáster en agronegocios
Universidad del SalvadorPosgrado en Dirección de agronegociosMáster en Dirección de agronegocios
AAPRESIDPosgrado en agronegocios

[1] C.Gras-V.Hernández (Coordinadoras), “LA ARGENTINA RURAL –De la agricultura familiar a los agronegocios”, Editorial Biblos, 2009, pág.57

[2] Ídem anterior

[3] Instituto de Estudios y Formación para la Igualdad – https://institutoigualdad.com.ar/

[4] C.Gras-V.Hernández, “RADIOGRAFÍA DEL NUEVO CAMPO ARGENTINO -Del terrateniente al empresario transnacional”, Siglo XXI Editores, 2016, pág.162-163

* Bernardo F. Carnelli. Lic Cs Soc y Humanidades. Sec ejecutivo IEFI