Los artistas, los científicos, los sindicalistas, los docentes, las
universidades, los comedores y a todo aquello que su pensar de exorcismo
mesiánico le indique es y será perseguido.
¡Auditen, apunten, fuego…! Esta parece ser la síntesis estratégica de un
gobierno que no tiene nada más para mostrar mas que el goce por el daño.
Se sabe que el poder (cualquiera sea su posición ideológica) suele hacerse
de un emergente de conflicto permanente para sostenerse y expandir su poderío,
sobre todo cuando, como en el caso de este gobierno, no se tiene una sola
medida favorable al conjunto del pueblo argentino. Vale aclarar que la baja de
la inflación del último mes de abril al 8.8% no puede ser calificado como un
hecho positivo dado que estos números no se condicen ni con los precios para el
consumo básico ni con los ingresos de los asalariados, ni con la mejora de la
calidad de vida.
La necesidad, entonces, de focalizar en sectores sociales, organizaciones
políticas y comunitarias su estrategia “en contra de…” se le hace tan urgente
como imprescindible y se configura como la única política efectiva de este
ejecutivo.
La concepción social de que el problema de la Argentina no es aquello que
falta (distribución de la riqueza, reforma tributaria, reforma judicial,
reforma del Estado y no destrucción, etc.) sino lo que “sobra” ( Estado
presente, economía popular, organizaciones de base, programas de asistencia y
formación, la identidad política del peronismo y la izquierda) es la ecuación
de la que se hace para buscar algún tipo de apoyo social. Llevar a la sociedad
camino a su propia destrucción en nombre de un supuesto “bien superior” sin
cuerpo, sin tiempo y sin sujeto social definido es el único motor de
acumulación política. “La gente de bien…” sintetiza esa horda devastadora de
persecución.
Así es que este gobierno sólo puede pretender buscar triunfos
circunstanciales de la mano de un relato mediático que logre construir sentido
en pos de sostener el apoyo de un sector reducido de la sociedad que siempre
tuvo vocación de desintegrar a todos aquellos sectores que no se le parecen. Un
sector lo suficientemente visible para expresar la importancia de “la
paciencia” para transformar el país. Paciencia porque “el mal” lleva más de 70
años y no se lo acaba de un día para el otro. En este sentido se suscribe la
persecución de estos tiempos.
Durante el gobierno de Mauricio Macri la persecución política se llevó
adelante de la mano de un aparato judicial que funcionó como un ejército
inquisidor bajo el estandarte de la lucha contra la corrupción. En esta nueva
etapa del saqueo la excusa de la “auditoría” tiene el mismo objetivo, ya no en
búsqueda de la condena judicial, sino de la social, para justificar y legitimar
el avance cruel contra los sectores populares.
La palabra auditoría es la elegida para mostrar ante la sociedad el
supuesto sentido objetivo de mejorar, sanear al Estado, cuando desde esas
mismas huestes aseguran más que es el Estado una “asociación criminal”. La
auditoría no es otra cosa que el mecanismo excusatorio para destruir las bases
sociales que responden a articulación políticas opositoras y para marginar
definitivamente a quienes consideren despreciables para el mercado. Auditar
para dominar es el objetivo. El gobierno sabe que atacar a los comedores no es
solo ejecutar la premisa expresada por Javier Milei “el derecho a morir de
hambre” sino para desarticular la organización territorial partidaria.
Los artistas, los científicos, los sindicalistas, los docentes, las
universidades, los comedores y a todo aquello que su pensar de exorcismo
mesiánico le indique es y será perseguido.
Lo aquí expuesto es la sustancia de sus medidas económicas y políticas.
Este gobierno ha venido a instalar un nuevo orden social, un orden para pocos,
la idea del fin de una etapa histórica que necesita acabar con lo hasta aquí
construido es el verdadero plan de este gobierno, si esto significa violar todo
tipo de derechos humanos y desconocer los textos de nuestra constitución
nacional, da igual.
Una sociedad marginal y violenta para una economía de iguales
características. Un hombre y una mujer indiferente para naturalizar la
crueldad. Este gobierno no es uno más, tiene la particularidad de poder ser el
punto de quiebre hacia una argentina tan demencial como colonial.
*Periodista, escritor y docente de radio y periodismo. Es director y cofundador de la primera Escuela Popular de Medios Comunitarios en radio y televisión, “Homero Manzi” y de su emisora radial “Radio Hache”. Forma parte del equipo periodístico de “La Mañana de Víctor Hugo” en AM750 . En radio, trabajó como conductor y columnista en AM1330, FM 87.9 Radio Nacional, AM1440 La Marea, FM 94.1, FM 89.9 La Isla, AM1420, FM 89.9 Radio Cultura y la FM 95.5 Patricios. Desde 2014 es periodista de la AM750. Actualmente es periodista del Canal de Noticias C5N y conduce #BorroniyCuentaNueva por Radio del Plata. Cómo escritor publicó "La Inquisición Neoliberal" y "Victorias Populares" publicadas por Editorial Colihue. Recibió el primero a la cultura "Arturo Jauretche" por su labor periodística en radio en defensa del pensamiento nacion...