“Quien siembra vientos, cosechará tempestades“ Oseas 8:7-9 La biblia.
Liberalizar todo. El corrimiento
a ultranza del Estado, es el motivo capital de toda la política económica de
Milei. No importa el costo, ni las consecuencias de todo lo que suceda después
de haber ELIMINADO todas las medidas que, incluyen todas las regulaciones
establecidas desde hace más de ochenta años y que hicieron posible que nuestro
país saliera de la etapa pastoril, hasta llegar a un principio industrializador
que debe ser completado, aunque no le agrade a Javier y a su
cáfila.
Muchos frentes. Bien dicen que
“es mejor perder un frente que, ganarlo a la larga”, máxima que encierra
sabiduría; en cambio nuestro presidente se empeña en abrir más frentes cada
día. El discurso en la ONU es nada
más que oponerse a una situación en que
nos preocupa a todos, la alteración del medio ambiente que seguramente alterará
la supervivencia de la humanidad, y por si fuera poco, el abandono de la
neutralidad de nuestro país, erigiéndose como un líder desvencijado, endeudado,
con hambre, fallas en la educación, destrucción de la industria local, y tantas
otras tragedias que nos afectan; la falta de dólares por muchas razones –entre
ellas porque no vendrán dólares del FMI o de cualquier otro inversor, los
“patriotas” del Campo que no liquidan el producto de las cosechas; la
derogación de la legislación laboral que induce al crecimiento de mayor
desprotección y pobreza a la clase trabajadora, destrucción de las PYMES;
deterioro de la educación, en la que como causa preponderante, además de los
salarios, está la familia etc. Si se pretende construir una nueva sociedad
destruyendo todo, difícilmente se logre algo positivo, dado que todas las correcciones
de situaciones puntuales deben incluir el bienestar de la población y como
consecuencia, el crecimiento de la economía, sin dejar de lado la distribución
de la riqueza. Nada de todo esto se logrará sin educación y con el estómago
vacío, sin un sistema de salud en donde el paciente, no solo sea, un mero
consumidor de los servicios que deban dar pingües beneficios a las prepagas,
sino también fuente de conocimiento, investigación y escuela.
Decisiones contradictorias. El
sistema liberal, está en crisis. El capital financiero que desde hace poco más
de cien años ha impuesto su voluntad, o sea que, el liberalismo se encuentra
agotado, ya que los mercados no pueden satisfacer las soluciones de las deudas
adquiridas exprofeso por los Estados en vías de desarrollo. Nuestro gobierno,
pretende aplicar el sistema liberal a raja tabla, aliviando las cargas de
impuestos a los grandes grupos económicos locales, cuando en el resto del
mundo, son los grandes capitales que enuncian que solo la recarga de impuestos debe ser mayor para ellos,
para que el Estado pueda gastar en obras, y por lo tanto, distribuir la riqueza
dando bienestar a la población. Pues bien, aquí se redujo el impuesto a los
bienes personales a los grandes, y se les carga ganancias a los trabajadores.
La vía de recaudación de impuestos se ha volcado hacia los trabajadores, éstos
están desocupados, no gastan, la recaudación baja. La consecuencia de esto, es
más ajuste. ¡Vamos Peluquín! ¿no te das cuenta que vas en la dirección
equivocada? Por si no fuera poco, tilda a la ONU de socialista o colectivizante
(¿cómo se entiende?) y nos pone en una posición en dónde hay posibilidad cierta
de vernos envueltos en una guerra que no nos pertenece, con las consecuencias
propias de esas malas decisiones: hambre, muerte, destrucción, desolación,
peste etc. Los grandes todavía no
entendieron que, si quieren ganar más, los trabajadores tienen que ganar más,
para que estos puedan gastar más.
La conducta del Presidente. Su
carácter despótico, agresivo, despreciativo, no adecuado para la más alta
magistratura del país, dificultan cualquier intento de diálogo con quien no tiene su misma ideología; la
carencia de sentimientos filantrópicos, demostrado al no conmoverse ante más de
un millón de niños y jóvenes no cenan antes de acostarse a dormir (informe de
la OMS); al negar también el reparto de
víveres a gente carenciada y vulnerable, la misma actitud en el suministro de
drogas oncológicas a pacientes, o el corte de subsidios a electrodependientes,
y tantas otras medidas afines. Hay
empecinamiento en demostrar una realidad inexistente, al exhibir números
que no reflejan la realidad pretendida. Una tendencia megalómana que no tiene paralelo
en nuestra historia, fantasías de poder, relevancia, omnipotencia, grandeza y
una hinchada autoestima ( más que todo, un autoengaño). Todo se caracteriza por
un estado de goce ante el sufrimiento ajeno a causa de sus políticas; por
ejemplo, el asado premiando a todos aquellos que vetaron el mísero aumento en
los salarios de los jubilados. Todo esto, y podría haber más, nos inducen
a pensar seriamente en un test
sicotécnico.
Malestar general. Ante el empeoramiento de la situación general a causa de: despidos y
desocupación, destrucción de la industria nacional, inflación, aumento
explosivo de la pobreza, hambre y miseria por doquier, el mal humor social va
en aumento. Y si bien se ha escuchado decir no pocas veces: “¡qué bien
estábamos antes cuando estábamos mal! Aunque no hay un tiempo establecido,
mucho no falta para que un pueblo tradicionalmente manso, estalle ante el
cúmulo de injusticas ¿Ud. qué piensa ciudadano? Según su pensamiento ¿Qué
sucederá en el futuro cercano? ¿pensó alguna vez que podíamos estar como
estamos ?
Dr. Héctor Luis Pomini - 28-09-24