La derrota. Acaecida el 12 ppdo, fue
una sorpresa para todos; como resultado, un envalentonamiento de la llamada
oposición. Búsquesele cualquier explicación: voto castigo, menor concurrencia
de electores, lo que ud quiera lector. Lo que no deja de ser preocupante. Se
pueden argüir falta de asistencia con planes sociales, la inflación, también
marcada falta de correcta comunicación entre la gestión gubernamental y la
ciudadanía. También es cierto que la oposición sacó cantidad similar de votos o
menos que en la generales del 2019. Pero eso no tranquiliza muy a pesar de que
la lenta recuperación económica es realidad, como tampoco que alcanza a todos.
De todas maneras se pueden ver en los barrios gente reparando o ampliando sus
hogares, un buen índice. Pero no tranquiliza de ninguna manera. ¿se podrá
remontar y lograr una clara victoria? De ser así habría quorum suficiente para
legislar sin mayores problemas y hacer las modificaciones necesarias para
cambiar la realidad. Si no es así sería regresar desde la esperanza al
sometimiento y al oprobio.El arte de gobernar no es para cualquiera como
tampoco elegir a alguien que conduzca a
la Nación, no lo hace líder. El liderazgo no se adquiere, se nace o no se nace
con el. De todas maneras, aunque no nos guste, es necesario apoyar, aun con
críticas al gobierno elegido.
Como la gata
Flora. De
anticuarentena a la anticirculación; de quemar barbijos a fanáticos del
tapaboca; de antivacuna a faltan vacunas; de acusar de envenenadores a
protestar porque no alcanzan. No hay falo que les venga bien. Pero la realidad
nos indica que son opositores a ultranza de todo lo que disponga el Gobierno.
Claro que tales “caprichos” tienen un por qué, quieren gobernar según sus
¿valores? Argumentan que El Estado debe retirarse de todo y dejar actuar a
todos aquellos emprendedores para activar la economía; pero es necesario
aclarar que ese estado de libertad que proponen conduce indefectiblemente a que
el poder del capital crezca en detrimento de los que menos tienen; que el
mercado solo va a su propio favor y no a lo que necesita el país; que el Estado
se haga cargo de lo que no es rentable. En pocas palabras: solo los negocios
cuentan. Sin el rol del Estado la vida tal como la conocemos sería imposible;
las normas legales impuestas por esa institución hace posible la vida de
relación entre los individuos, de otra forma sería la ley del más fuerte,
siendo los ciudadanos dependientes de su trabajo, los descartables del sistema
de poderosos. Se ve eso en la pretensión de eliminar las indemnizaciones por
despido, como primera medida a efectos de someter de a poco a los trabajadores.
Recuperación.
La
industria se mueve, la obra pública no es poca cosa. Es sabido que todavía no
se ha alcanzado la recuperación deseada; la pandemia y errores en la
apreciación de la situación en que vivimos, debido a fallos o inoperancia de
algunos funcionarios contribuyeron a que sean las cosas así. Es natural que
haya ciudadanos que estén enojados porque no se han logrado los objetivos
planeados; que estos ciudadanos quieran cambiar de votos como producto de su
enojo es entendible. Pero debemos considerar las siguientes situaciones: si se
elige a la izquierda, ésta no va a tener los votos suficientes para tener
mayoría propia. Si se elige a la derecha sucederá lo mismo. ¿Y entonces? El
resultado será una pérdida de la mayoría oficialista, lo que trae como
consecuencia que habrá dificultades para aprobar leyes que serían necesarias
para cambiar todo lo que falta hacer para traer el tan deseado bienestar;
tornándose peligroso por la potencial vuelta al poder de los secuaces de Mau. A
quienes poco les importa si ud está bien o mal. Lo importante para ellos –ya se
dijo- son los negocios propios y/o personales, no los del país. Sí ciudadano,
si hay inversión privada es para ganar dinero, ningún privado invertirá en
obras para hacer progresar al país. Esa
es la cuestión. Respire hondo, oxigene su cerebro y vote después de hacer un
cuidadoso examen de la situación. Si gana la oposición ¡adiós esperanza de
estar mejor! Si gana el oficialismo, la esperanza seguirá viva. Se ha hecho
mucho a pesar de no ser suficiente y hay que hacer mucho más ¿quiere que vuelva
Mauricio y su pandilla? ¿o quiere estar mejor? Esa es la
cuestión.
Dr. HÉCTOR LUIS POMINI


